Descripción
Saboreando la dulce gracia de Dios. Para empezar, vivir una vida de chocolate tiene que ver con mucho más que con nuestros dulces favoritos: ¡tiene que ver con un amor que también es incomparablemente mayor! Vivir una vida de chocolate significa probar de todo, desde amargas pepitas de dolor hasta dulces bocados de felicidad. Algunos días son oscuros y brumosos, otros son ligeros y esponjosos. ¡Sin importar cuál sea la forma, el sabor y la textura de nuestros días, y cómo esté empacada nuestra vida, podemos saborear la risa y eterna provisión de la gracia de Dios en Cristo! Envolviéndonos en perdón, el Espíritu Santo nos llena de dulce fe en nuestro Salvador.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.