Descripción
“Mientras expertos se retuercen las manos sobre el radicalismo de lo políticamente correcto, los códigos de expresión, y del arte extravagante, Gene Edward Veith apunta inequívocamente a las raíces intelectuales de todo ello. Es el libro más importante para todos aquellos que desean saber qué hay detrás del movimiento de lo políticamente correcto”. – Chuck Colson Fundador de Confraternidad de Prisión
“Una guía ideal para aquellos cristianos que no quieren ser los notorios estrategas militares que planean guerras perdidas sino que se anticipan a las próximas’. – Herbert Schlossberg Autor de Idols for Destruction [Ídolos para destrucción]
“Este libro señala las fortalezas y debilidades del pensamiento posmoderno y marca el camino para que los cristianos tomen las ventajas de ambos”. – E. Calvin Beisner Covenant College
La era moderna ha terminado. Presupuestos que han conformado el pensamiento y la cultura del siglo XX, los puentes que cruzamos para llegar a este momento presente han desaparecido. La posmodernidad ha comenzado.
¿Qué es el esto? El individuo común se paralizaría por su postulado: verdad, significado e identidad individual no existen. Solo son construcciones sociales. La vida humana no tiene un significado especial, no tiene más valor que la de un animal o una planta. Todas las relaciones sociales, las instituciones, todos los valores morales son expresiones y máscaras de la voluntad soberana para alcanzar poder.
Alarmantemente, estas ideas han tomado las universidades que son las encargadas de formar abogados, jueces, escritores, periodistas, maestros y otros pilares de la cultura. A través de las influencias sociales, las ideas posmodernas se han filtrado en el cine, la televisión, el arte, la literatura, la política y, de modo inconsciente, en la mente de las personas comunes y corrientes.
El Señor nos ha llamado a proclamar el Evangelio a una cultura que lidia con el posmodernismo. Debemos discernir nuestros tiempos. Y luego, a través del poder que Dios nos da, podremos contrarrestar la cultura dominante y proclamar la suficiencia del Señor para todos las necesidades de nuestra sociedad.
Resulta alarmante que estas ideas se han apoderado de las universidades, que a su vez educan a los abogados de hoy, los jueces, escritores, periodistas, maestros y otros formadores de la cultura. A través de las influencias de la sociedad, las ideas posmodernas se han filtrado en películas, televisión, arte, literatura, política, y sin que él lo sepa, en la cabeza de la persona promedio.
Cristo nos ha llamado a proclamar el Evangelio a una cultura que lidia con el postmodernismo. Debemos entender nuestros tiempos. Luego, a través del poder que Cristo da, podemos contrarrestar la cultura dominante y proclamar su suficiencia para las necesidades de nuestra sociedad.
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