Descripción
Muchos creen que el llamado de Dios a la santidad es una imposibilidad. Ciertamente es imposible alcanzar la santidad con nuestras propias fuerzas, pero Dios, a través de Cristo, ha abierto un camino mediante el cual podemos alcanzarla. El hombre no puede cambiarse a sí mismo, pero cuando rinde su voluntad a Dios. El lo aparta del pecado y el Espíritu Santo comienza a cambiar su carácter.
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