Descripción
Sus dichos son considerados como un legado para todos los cristianos del mundo. Decía que debemos establecernos en la realidad de la presencia de Dios, por medio de la conversación constante con Él. Debemos alimentar y nutrir nuestras almas con el conocimiento de Dios, esto producirá en nosotros un gran gozo y devoción. Debemos vivificar, es decir, avivar nuestra fe.
Porque los hombres, en lugar de tomar a la fe como regla de conducta, se entretienen con una devoción trivial e inconstante. El camino de la fe es el espíritu de la Iglesia, que es suficiente para llevarnos hasta un alto grado de perfección. Debemos entregarnos a Dios, tanto en las cosas temporales como en las espirituales.
Y buscar nuestra satisfacción, solo en el cumplimiento de su voluntad. Para llegar a ese grado de renuncias tal como Dios lo requiere, deberíamos mirar como atención a todas las pasiones que se mezclan, tanto en las cosas espirituales como en las materiales. Estos son algunos de sus profundos pensamientos; ¡prepárese para un viaje que cambiará su vida!.
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