Descripción
¿Tienes una comida favorita, un juguete o un peluche favorito? Nuestras cosas favoritas tienen mucho valor para nosotros, y por eso las tratamos bien. Está bien tener ese tipo de favoritismos, pero no cuando se trata de personas”.
Descubre lo que la iglesia aprendió: Jesús decide amar a las personas, nosotros podemos amar a otros de la misma manera ¡y tú también puedes darle a los demás una gran bienvenida!
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