Descripción
¿Qué aprobación espera usted ganar? ¿La de amigos? ¿Compañeros de trabajo? ¿Alguien en su familia? ¿Y qué de Dios? ¿Se pregunta usted a veces si necesita hacer más para ganarse su aprobación? Los maestros religiosos en la iglesia primitiva estaban insistiendo en que la fe no era suficiente, y que estar bien con Dios requería algo y más. Los primeros cristianos estaban casi listos para aceptar y seguir estos requisitos extras. Esto perturbó al apóstol Pablo, de modo que les recordó a los creyentes que la salvación no se basa en seguir un código religioso. Ni tampoco se basa en lo que hacemos (o no) o lo que sabemos o sentimos. No se requiere nada de nuestra parte, excepto creer. Al mostrarnos la enorme diferencia entre vivir por la ley y vivir por gracia, él nos recuerda que en verdad somos libres en Cristo.
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