Descripción

En 1883, con apenas quince años, Mary Mallon abandonó Irlanda para forjarse un futuro en Nueva York. Valiente y obstinada, logró cumplir el sueño de convertirse en cocinera, ascendiendo desde los más bajos escalafones del servicio doméstico. Con el tiempo, y gracias a sus aptitudes culinarias, se la disputarían las familias aristocráticas de Nueva York. Pero esa independencia, tan infrecuente para una mujer de su época, resulto poco duradera. Mary había dejado un rastro de fiebre tifoidea en las casas donde trabajo. Cuando un «ingeniero sanitario» la identificó como la primera portadora asintomática de la enfermedad, es decir la primera persona que sin desarrollar la enfermedad puede contagiar a otra, Mary pasó a ser conocida como «Mary Tifoidea», a un tiempo persona célebre y mujer vilipendiada por infectar a miembros de las mejores familias.

Gracias a la inspirada recreación de Mary Beath Keane, Mary Tifoidea se convierte en una fascinante heroína. Su historia, tan asombrosa como verídica, resulta inolvidable.