Descripción
El poder es tan fuerte como la autoridad que lo sostiene.
Este libro le ayudará a ser un mejor líder. Le ayudará a recibir una buena dosis de responsabilidad a través de la autoridad espiritual aplicada.
Los profetas bíblicos no vivieron ni profetizaron en un vacío contextual. Hablaron de las circunstancias de la vida real a líderes de la vida real como reyes, reinas, gobernadores y generales. Basándose en relatos bíblicos, el Dr. Mark Rutland muestra cómo estas interacciones, a veces en forma de consejos pero más a menudo como confrontaciones dramáticas, demuestran la tensión entre la autoridad del cielo y los príncipes de este mundo.
Dios posiciona a sus mensajeros para confrontar y aconsejar a quienes lideran en el ámbito natural. De la misma manera, Satanás también está trabajando para colocar a sus propios siervos cerca de los líderes del mundo con la esperanza de desviarlos de las cosas y los planes de Dios. A quién escuchen esos líderes determinará, en gran medida, el destino de las naciones.
Dios a menudo coloca a sus siervos a la altura de los líderes en una amplia gama de disciplinas, desde los negocios hasta la educación, pasando por el entretenimiento y la política. Todo creyente debe estar abierto a ser “la voz profética de Dios” en la vida de otra persona, ya sea que esa persona sea un niño, un jefe o un concejal. Asimismo, todo creyente debe estar en constante oración y ser humildemente sensible al sabio consejo enviado por Dios como un don de la gracia.
Dios hace y deshace reyes. Cuando pueden discernir y escuchar Su voz, Él sostiene su autoridad bien ejercida con Su poder sobrenatural.
Mark Rutland, PhD, es uno de los autores más vendidos del New York Times. Es el director ejecutivo del Instituto Nacional de Liderazgo Cristiano y fundador de Global Servants, habiendo servido anteriormente como pastor de una megaiglesia y presidente de dos universidades. Rutland y su esposa, Alison, han estado casados y en el ministerio juntos por más de cincuenta años. Tienen tres hijos y nueve nietos. A través de Global Servants, la Casa de Gracia de Rutland estableció en Chiang Rai, Tailandia y Kumasi, Ghana, para proteger a las niñas tribales del tráfico sexual. Desde 1986, House of Grace ha estado “salvando niñas para grandes destinos”. Su trabajo en África occidental, principalmente en aldeas remotas, ha construido iglesias y servicios de higiene de aldea en cinco países.
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