Descripción
La existencia del mal y del sufrimiento en el mundo es quizá la objeción más común para creer en Dios.
Si Dios es a la vez bueno y todopoderoso, entonces el mal y el sufrimiento no existirían. El mundo está caracterizado por la violencia, el dolor y el sufrimiento, así que Dios —si existe— o no es bueno, o no tiene poder ilimitado.
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