Descripción
Me cuesta muchísimo detenerme para escuchar a Dios y dejarme guiar. Pero el Espíritu Santo me dió una indicación muy directa: Debes explorar y practicar la oración hasta llegar a entenderla.
Obedecí e hice algo absolutamente decisivo: oré.
Han pasado veinte años desde entonces y mi vida ha sido transformada. La mayor satisfacción no ha sido la lista de respuestas milagrosas, aunque eso fue maravilloso. Lo más hermoso fue como cambió mi relación con Dios, si bien, cuando empece a orar, no sabía que eso iba a pasar.
Bill Hybels
Una guía práctica que revolucionará su vida de oración:
¿Por qué no oramos?
Derribar las barreras de la oración
Orar también es escuchar
Cuando Dios no responde
Como aquietarnos en la presencia de Dios.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.